Y me pidió que parase, que descansase, para poder mostrarse.
Cuando el círculo se cerró,
No paré. Y me agoté.
Abrazo mis heridas y mi ser cíclico.
Estoy feliz y extremadamente agradecida.
La Osa volvió a aparecer mientras paseaba.
“Disfruta de la vida. Nosotros nos encargamos del resto”,
Rezaba la camiseta de un paseante.
Su dibujo era una Osa cargando una tabla de surf.
Y mi confusión se disipó para dar paso a la confianza.